top of page

Las hijas del maíz: un teatro para amar, reír y pensarnos.

En pocas ocasiones he visto en la escena nicaragüense actual puestas en escena que nos inviten a reír y reflexionar. Nuestro teatro parece debatirse entre los caminos del teatro dramático, asumiendo el dramatismo como ese reflejo desgarrado y desgarrador de la realidad, como anverso observo el teatro añejado de la alta cultura que se ha detenido en el tiempo en una especie de arqueología teatral que hurga en los clásicos sin revitalizarlos o, como tercer camino posible, el teatro de experimentación que tiene un público reducido y que muchas veces no llega a más de tres representaciones, un tipo de teatro que ha sido invisibilizado por la alta cultura teatral. Otro itinerario marca el rumbo del teatro popular, denominado así por sus hacedores, que encuentra fuera de los centros urbanos sus escenarios de diálogo con sus públicos y por último el teatro universitario que muchas veces se queda como producto cultural para consumo de los mismos estudiantes.


Esas ideas de reír y reflexionar tejidas en un espectáculo para adultos son las que veo en el espectáculo Enamoradas y heridas… pero nunca jodidas! del grupo “Las hijas del maíz”, en esta ocasión dirigidas por Ana Francis Mor. Esta agrupación tiene una marcada línea feminista que posibilita otras dimensiones de lo político en el panorama teatral nicaragüense actual. Las investigaciones y temas de su repertorio nacen de la relación intrínseca que las integrantes tienen con los contextos sociales que viven diversas mujeres en el país. La obra en cuestión está protagonizada por Cristina Arévalo, Reyna Gutiérrez y Dorling López y está sustentada en la dramaturgia del teatro de cabaret de inicios de siglo que se hizo popular en América Latina en los años 40 y 50 del pasado siglo.

La obra tiene una historia central que hilvana la dramaturgia espectacular: un corazón huye de cupido, pues ya está harto de sufrir y de salir dañado a causa de los flechazos del mítico personaje devenido en símbolo del amor. Esta huida y persecución constante devienen en hilo conductor de las escenas cómicas de toda la obra. Hilo conductor que fragmenta la consecución de una revista de variedades que escenifica situaciones cómicas en torno al amor. Quiero acotar que en algunos momentos de la obra este hilo conductor dilata la acción escénica rompiendo la dinámica del espectáculo. Es decir, aunque el conflicto funciona y encaja en el discurso de la puesta en escena en ciertos momentos quiebra el ritmo del espectáculo alargándolo sin necesidad.


En las escenas de la revista de variedades veremos una premisa discursiva muy contundente: mostrar las múltiples pedagogías del amor tomando como archivo principal la cultura popular. Y esto será la idea transversal que rige a la puesta en escena. Entonces veremos la caricaturización de diversos archivos culturales como la música romántica, los poemas con frases hechas o el mundo de la cultura de masas con las telenovelas como signo principal. Los personajes son alegorías de las formas de amar. Veremos el amor posesivo y controlador en la oficinista que dicta una carta de desamor, el amor sacrificado en las rezadoras que muestran sus hazañas a la virgencita que nunca las escucha o el amor platónico que es capaz de matar al otro en dos orugas que se disputan a una mariposa.


Este desdoblaje alegórico permite la identificación con el espectador que estalla en risas al verse reflejado en las escenas caricaturescas. Pero no solamente dialoga en función al público, también hay una introspección que hurga en las experiencias amorosas lésbicas de dos de sus actrices. Esta relación afuera/adentro lleva al espectáculo a una lectura polisémica que aumenta su carga política. No estamos hablando únicamente de las generalidades del amor, también se da nombre y se localiza a los placeres que han sido históricamente invisibilizados demostrándonos que no escapan a los paradigmas amorosos que día a día nos enseña la heterosexualidad, demostrándonos que no somos tan “diferentes”.

La puesta en escena logra conectar con el público a través de la risa placentera, aquella que va dirigida hacia el sentido del humor desde la emoción estética, desde la construcción del efecto de contrastes y sorpresas. Cada escena va mostrando distintos pasajes que me llevan a situar al espectáculo en la comedia de ideas, osea es una puesta en escena que toma la dramaturgia del teatro cabaret sustentada en un debate de ideas a partir de formas humorísticas.


La música es un elemento fundamental que adquiere un espacio casi protagónico dentro de la obra. El mundo sonoro es un elemento dramático que opera sobre la narrativa del espectáculo, es un signo que abona al argumento. El diseño de vestuario nos lleva por una paleta de personajes que van entrando y saliendo del escenario. El vestuario es otra narrativa importante, pues a partir de este las tres actrices se transforman en múltiples seres teatrales que muestran un abanico de texturas y colores que van de lo elegante a lo grotesco, produciendo una visualidad atractiva al espectador que está constantemente construida por el contraste. El baile o el movimiento coreográfico del cuerpo que se queda como un elemento pendiente a afinar, los desplazamientos colectivos muchas veces provocan gestos imprecisos que evidencian ciertas fracturas. No pasa lo mismo con la construcción corporal cómica que es totalmente aprovechada y que está en función del divertimento de la obra.


Este espectáculo de “Las hijas del maíz” nos muestra la posibilidad de hacer reflexionar al público desde la risa. La catarsis no llega por el llanto, por el momento climático del melodrama, sino que emerge desde los códigos subvertidos y politizados del mundo cotidiano, emerge desde ese infinito mundo de la parodia y la comedia, desde ese mundo grotesco que se construye con sutilezas. Enamoradas y heridas… pero nunca jodidas! es una obra que logra entablar un certero diálogo con el público partiendo de la visibilización de los afectos “aparte”, de ese mundo íntimo que escapa de la luz cotidiana. Es un espectáculo que nos interpela a partir de argumentaciones feministas que deconstruyen los signos y paradigmas de las pedagogías del amor.

Follow Us
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic
bottom of page